miércoles, 21 de octubre de 2009

Los Volcanes de México


Los volcanes se encuentran entre los elementos naturales que mayor influencia tuvieron sobre el desarrollo de las culturas mesoamericanas, en especial de las que se encuentran en la faja que cruza el centro de la República Mexicana, en el llamado Arco Chiapaneco y en Centroamérica. Si bien cuando estos colosos desatan su fuerza provocan auténticas catástrofes, también es cierto que acarrean efectos benéficos para las sociedades que habitan a su vera. Las tierras cercanas a los volcanes poseen un alto grado de fertilidad debido a los nutrientes que contienen las cenizas que arrojan; las elevadas cumbres de varios de ellos les permiten ser generadoras de importantes caudales de agua, por medio de corrientes y manantiales, provenientes de su deshielo.
En la época prehispánica fueron además fuentes de materia prima, principalmente de rocas de la dureza adecuada para elaborar esculturas –las más de las veces de índole religiosa o asociada al poder político–, así como de obsidiana, roca volcánica que desempeñó un papel primordial en la vida cotidiana de las sociedades mesoamericanas y que, en cierto sentido, fungió como aglutinante de un amplio sistema de comercio que no sólo traspasaba las fronteras de las regiones en que se localiza este recurso, sino que transcendió en el tiempo.
En la actualidad los grandes volcanes de México están inmersos, como lo estuvieron con mayor vigor en la época prehispánica, en un elaborado complejo simbólico que lo mismo les confiere cualidades divinas –con lo cual son parte de la adecuada marcha del mundo– que les atribuye un talante humano. Se les veneraba y aún se les venera en varias regiones para solicitarles dones, la lluvia el principal, y pedirles calma; en la memoria de los hombres de estas tierras está impreso lo que esos colosos son capaces de hacer cuando desatan su furia. No son pocas las ocasiones en las que el despertar de alguno de los volcanes cambió el rumbo de la vida de las poblaciones que se asentaban en sus cercanías, al alcance de la caída de sus materiales o al paso de sus flujos. El ejemplo más notorio es Cuicuilco, importante población del Preclásico en la Cuenca de México, cuyo abandono a causa de la erupción del Xitle influyó en la historia subsecuente de los pueblos de la región. Estos eventos, que representan verdaderas tragedias para quienes son sus víctimas, dan lugar a depósitos arqueológicos de características excepcionales. No es que en Mesoamérica se cuente con un sitio de las características de Pompeya, pero si hay lugares, como el mismo Cuicuilco, el área de Tetimpa, en Puebla, y Joya de Cerén, en el Salvador, que al quedar cubiertos por efecto de erupciones volcánicas contienen información relevante para establecer secuencias cronológicas con mejor precisión y entender momentos específicos de las sociedades que los habitaban.
En México, los volcanes se han estudiado desde variados puntos de vista y en su investigación participan geólogos, vulcanólogos, arqueólogos, historiadores y antropólogos; lo mismo se atiende a su evolución natural que a su papel en la historia de las poblaciones prehispánicas y a la percepción que sus vecinos contemporáneos tienen de ellos. Este número de Arqueología Mexicana da cuenta de algunos de los trabajos en curso al respecto.

• Sierra de las Navajas. El yacimiento de obsidiana de la Sierra de las Navajas forma parte de la Sierra de Pachuca. El material no se encontraba en la superficie debido a que después de su formación fue cubierto por una capa de ceniza de varias decenas de metros de espesor; la obsidiana que se observa actualmente en la superficie del yacimiento se extrajo por medio de minería desde diferentes profundidades del subsuelo. La explotación mexica se hacía en la ladera sur del cerro Cruz del Milagro, a una altura de 2 700 a 3 180 msnm, entre un denso bosque de alta montaña.
• Tacaná. Como a otros volcanes, los habitantes de la zona le han atribuido importancia religiosa desde la época prehispánica hasta la actualidad. Los curanderos lo consideran “la gran iglesia de los antiguos”, pues se le ve como un templo en el que habitan seres mitológicos que son custodios de la flora y la fauna. Se han localizado a distintas alturas sitios en los que se realizan ritos.
• Popocatépet. Aún activo, el Popocatépet es el volcán más conocido de México. Junto con el Iztaccihúatl, conforma un importante conjunto simbólico para los pueblos del Altiplano Central; en ellos se han localizado varios sitios arqueológicos que dan cuenta de la importancia que se les concedía y de los ritos que ahí se realizaban. En distintos momentos de la época prehispánica, su actividad tuvo impacto en el desarrollo de las poblaciones del vecino valle de Puebla-Tlaxcala.
• La Malinche. Es parte fundamental del complejo simbólico asociado a las montañas en el valle poblano tlaxcalteca. Durante exploraciones arqueológicas recientes se han excavado dos sitios rituales, en los que se localizaron elementos asociados al culto a deidades acuáticas.
• Pico de Orizaba. Con carácter simbólico para los habitantes de la región, también representa una importante fuente de extracción de obsidiana. Las explotaciones más tempranas de sus minas se remontan posiblemente al Preclásico Medio (1000-100 a.C.). El yacimiento de las minas del Pico de Orizaba también fue explotado por el Estado mexica para abastecer de obsidiana a las avanzadas militares de Guatusco e Itzteyuca, en una zona de frontera relativamente alejada, para la que hubiera sido muy costoso enviar la obsidiana desde los yacimientos del Centro de México. El yacimiento se sitúa en las elevaciones volcánicas entre el Pico de Orizaba y el Cofre de Perote, a 3 600 msnm, en la ladera oeste de una barranca. El acceso es difícil por su ubicación topográfica y las condiciones de alta montaña. El material es de color gris oscuro a transparente y adecuado para la elaboración de navajas prismáticas e instrumentos bifaciales.
• Joya de Cerén. Esta localidad, sepultada por la erupción del volcán de Loma Caldera en 600 d.C., ofrece mucha información sobre la vida cotidiana del Clásico, gracias al extraordinario grado de preservación causado por la ceniza que la cubrió. Al momento de la erupción, la población del sitio emigró hacia áreas que no fueron drásticamente afectadas por la actividad volcánica, situadas a corta distancia de sitios como El Cambio y San Andrés.
• Ilopango. El florecimiento del Preclásico Tardío se vio interrumpido en ciertas regiones de El Salvador por la actividad del volcán Ilopango, que hizo erupción hacia 260 d.C. En varios puntos del país, la lava y la ceniza cubrieron terrenos agrícolas, fuentes de agua y asentamientos humanos del centro y el occidente, y probablemente algunos sitios del oriente. Alrededor de 10 000 km2 de las planicies centrales del Pacífico de la Zona Central fueron desocupados por los grupos humanos que las habitaban, y es posible que se hayan realizado migraciones hacia sitios de zonas aledañas, particularmente del área maya y también hacia el centro y occidente, debido a los daños en los terrenos agrícolas.
• Nevado de Toluca. Es la cuarta montaña más alta del país y es un volcán extinto. Se dice que cuando los españoles llegaron se encontraron con indígenas que recordaban relatos de sus antepasados acerca de una “lluvia caliente”, a causa de la cual se habían perdido las cosechas y habían muerto muchas personas. En él hay dos lagunas de agua dulce conocidas como la del Sol y la de la Luna, en las que se han encontrado objetos que indican que fueron sitios en los que se realizaban rituales en la época prehispánica.
• Los Tuxtlas. Esta región está formada por varias montañas de origen volcánico, entre ellas los volcanes San Martín Tuxtla y San Martín Pajapan. Los Tuxtlas son notables porque se encuentran en la zona en que se desarrolló la cultura olmeca, de hecho el basalto con que se elaboraban las grandes esculturas características de esa civilización provenía de ahí –frecuentemente a costa de enormes esfuerzos para transportar los bloques a los asentamientos–, y eran vistos como componentes fundamentales de la geografía sagrada. Aún después del abandono de los centros olmecas, la región siguió habitada hasta que alrededor de 250 d.C. algunas zonas al oeste de la región fueron cubiertas por una gruesa capa de cenizas producto de actividad volcánica.

Volcanes activos de México

La formación de montañas y, especialmente, las erupciones volcánicas son uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza.

México es un país cuya superficie está formada por una vasta altiplanicie rodeada de cadenas montañosas, con una extensa gama de volcanes, viejos y jóvenes, y tanto gigantescos como sumamente pequeños que presentan distintas formas de actividad.

Para muchas de las antiguas civilizaciones, los volcanes y montañas significaban la morada de los dioses; para otras culturas, estas formaciones geológicas representaban a los dioses mismos.

Hasta el siglo XIX, de acuerdo con las enseñanzas del cristianismo, el infierno se encontraba en algún lugar del centro de la Tierra y los volcanes eran precisamente sus puertas de entrada. En una definición más reciente, el vulcanólogo Federico Mosser nos dice que las erupciones volcánicas son "la sangre desparramada de los continentes en batalla".

Científicamente, un volcán puede definirse como la ruptura de la corteza terrestre, cuyo espesor mide según Mohorovicic por debajo del océano de 5 a 6 km de espesor, en la corteza continental de 30 a 40 y en las montañas puede medir más de 70, a través de la cual sube el magma. Debido a las altas presiones, tanto la corteza terrestre como el manto rocoso de su interior se funden y fluyen por una chimenea, como si fueran líquidos con temperaturas mayores de 1 000°C.

Si bien es evidente que un volcán vive cuando arroja fumarolas, todos pueden entrar en actividad inesperadamente.

Las recientes manifestaciones del Popocatépetl han despertado la curiosidad sobre los otros volcanes activos del territorio mexicano. Yo he tenido la experiencia de conocer casi todos. En un recorrido imaginario, sin un orden específico, por la República, se encuentran los siguientes:


CERRO PRIETO

Alcanza una altura aproximada de 1 700 m snm. Se localiza en Baja California Norte, a 29 km de Mexicali, por la carretera que va a San Luis Río Colorado. En sus aproximaciones se encuentra la laguna Vulcano y, junto a ella, se ubica la Central Geotérmica de Cerro Prieto, una de las plantas generadoras de luz eléctrica más importantes del país. La laguna se caracteriza por despedir fumarolas que contienen gases de vapor de agua, y formar charcas de lodo hirviente.

CEBORUCO

Su cono superior llega a 2 164 msnm y se encuentra en el estado de Nayarit. A partir de la población de Jala, un camino de terracería sube hasta llegar a una estación de microondas, desde donde puede apreciarse una gran extensión cubierta de lava.

Este edificio volcánico se forma por dos grandes cráteres sobrepuestos, en cuyo interior han surgido varios más con algunas fumarolas. La última erupción que registró fue en 1872.


VOLCÁN DE FUEGO DE COLIMA

Tiene una altura aproximada de 3 960 m snm. Se encuentra como división entre las entidades federativas de Jalisco y Colima.

Es el volcán más activo de la República. Su parte superior cambia de lugar constantemente, por lo cual en algunas ocasiones crece y posteriormente se derrumba. Los límites del cráter han sido borrados en su totalidad debido al ascenso de su tapón, compuesto por grandes bloques de roca. Entre 1961 y 1987, las erupciones derrumbaron las orillas del cráter y formaron acumulaciones progresivas por las laderas.

Sobre la vertiente oriental presenta dos prominencias, llamadas "los hijos", de 3 600 m snm, que fueron producidas por erupciones sumamente antiguas.

El 21 de julio de 1994, a las 20 horas, produjo dos grandes detonaciones. El 24 explotó el tapón de su chimenea y provocó temor en las poblaciones vecinas.

Para subir al volcán, el acercamiento más próximo se inicia en la población de Atentique, y de ahí al paraje llamado El Playón. La ruta de ascenso es incierta y con frecuencia se dificulta debido a las erupciones y expulsiones de gas.

CERRO CHINO

Cerca de la ciudad de Guadalajara, en el estado de Jalisco, se encuentra la Sierra de la Primavera, formada por numerosos volcanes entre los cuales destaca el Cerro Pelón o Cerro Chino. Presenta fumarolas en su gran caldera de 78 km de diámetro, y dentro de ella surgieron varias bocas. Se supone que la última erupción sucedió hace 20 mil años, la cual produjo también el nacimiento el volcán Colli.

EVERMANN

Tiene una altura de 1 350 msnm, aunque sus raíces se encuentran bajo el mar, a una profundidad entre 3 500 y 4 000 metros. Presenta varias bocas, pero el edificio principal tiene tres cráteres que arrojan fumarolas.

El archipiélago de las Islas Revillagigedo, perteneciente al estado de Colima, se constituyó con erupciones volcánicas. Cuenta con las islas Peña Partida, Clarión, San Benedicto y Socorro. El Evermann se encuentra en esta última, también llamada Benito Juárez. Allí mismo se instaló una estación meteorológica y de radio comunicación bajo la responsabilidad de un sector naval.

VILLALOBOS

Muy poca información existe sobre la isla San Benedicto. En ella se formó el Villalobos, de 400 m snm. Presenta varios conos, entre los cuales destacan el Herrera y el Bárcenas. Este último nació el 1 de agosto de 1952, y formó un cráter de 700 m de diámetro y 100 de profundidad. En 1958 produjo fumarolas. Actualmente, debido a su alejada ubicación, se desconoce su actividad.

PARICUTÍN

Su altura máxima llegó a 430 m sobre su base, es decir 2 830 m snm. Se encuentra en las cercanías de Angahúan, a 37 km de Uruapan, en Michoacán.

Es uno de los volcanes más jóvenes del mundo. Nació el 20 de febrero de 1943, a las 15:15 horas. A las doce de la noche medía 50 m; al amanecer del día 6, había alcanzado los 80 m; y una semana después ya había rebasado los 150 metros. Los temblores que originó se sintieron, a pesar de la distancia, en la ciudad de México.

Su mayor actividad cesó el 25 de febrero de 1952; sin embargo, aún produce fumarolas en el cono principal y en esos cráteres anexos, llamados Zapicho y Hornitos. El excursionista puede visitar las ruinas del pueblo San Juan Parangaricutiro, que fuera sepultado por lava durante los primeros días de 1944.


VOLCÁN DE SAN ANDRÉS

La cima más alta alcanza 3 690 m snm. Se encuentra en la llamada Sierra de Ucareo, en el estado de Michoacán. Tiene aproximadamente dos millones de años, y su más reciente erupción fue en 1858. Su visita es un deleite para el excursionista que gusta de observar cómodamente la actividad volcánica.

La carretera que atraviesa esta cadena montañosa inicia en Ciudad Hidalgo. La travesía recorre 44 km a través de balnearios de aguas termales, como El Currutaco, con charcas de lodo en ebullición, y la Laguna Larga o Azul, sitio turístico con albercas, cabañas y lugares para acampar Al final se encuentran Ucareo y Maravatío.

La fuerza que genera el San Andrés ha sido aprovechada para instalar plantas termoeléctricas que abastecen a Ciudad Hidalgo y poblaciones cercanas.

JORULLO

Alcanza una altura de 1 300 m snm. Su acceso se encuentra por la carretera que une las poblaciones de Ario de Rosales con La Huacana, en el estado de Michoacán. Al iniciar el descenso que lleva hacia tierras calientes, está una desviación para la ranchería La Puerta, punto más cercano para visitar el Jorullo. Su última erupción importante se efectuó en 1958, y durante 1967 desprendió ligeras fumarolas.

CHICHÓN O CHICHONAL

Su máxima altura es de 1 315 m snm. Se encuentra en la Sierra de la Magdalena, cerca de las poblaciones del Chichonal y Chapultenango, en el estado de Chiapas.

El volcán tiene casi 250 mil años de existencia. La chimenea de su cráter, con una profundidad aproximada de 9 km bajo la corteza terrestre, inició una fuerte actividad el 19 de marzo de 1982 que comenzó con una erupción de piedras, ceniza, y arenillas con polvo de azufre. El día 28, a las 23 horas, efectuó una explosión que mantuvo oscuro el cielo hasta las 15 horas del día siguiente. Los días 2 y 4 de abril produjo las erupciones más fuertes. La ceniza que lanzó llegó a medir hasta 40 m de altura. Arrojó piedras a 18 km de distancia, y una nube de residuos se levantó a 20 km de altura. La intensidad de esta erupción se calculó entre 40 y 50 megatones. Cuando menos 51 poblados y rancherías resultaron severamente afectados.

Federico K. G. Mulleried lo había explorado en 1928. En 1930 dio señales de vida; tenía una forma cónica con un cráter no mayor a 1 900 m y menor de 900 m, con varias soflamaras que brotaban de agujeros y grietas.

En la actualidad, el cráter que queda es una gran boca con grandes fumarolas, y una laguna que forma parte del espectáculo.

DERRUMBADO ROJO

En el estado de Puebla, un grupo de montañas emerge sobre la carretera de Veracruz, vía Jalapa. Adelante del poblado de Zacatepec, a unos 12 km, tres volcanes llaman la atención de viajeros. El más pequeño es el Derrumbado Blanco o Pinto; el mediano es el Derrumbado Azul, y el más grande, cercano a la población de Guadalupe Victoria, el Derrumbado Rojo.

No obstante la antigüedad de estas montañas, calculad en 60 millones de años, el Derrumbado rojo, aún respira. Sobre su parte más alta presenta fumarolas, llamadas "Los humeros" por los habitantes de las poblaciones cercanas.

La zona cuenta con varios cráteres en cuyo interior se formaron lagunas de singular belleza, como Alchichica, Atexcac, Aljojuca, llamados Axalapaxcos. Otros más, sin agua, se conocen como Xalapaxcos.

POPOCATÉPETL

Con una altura e 5 452 m snm. Es el volcán más famoso de México. Se encuentra en la división de los estados de México, Puebla y Morelos. Su ascenso comienza en la población de Amecameca, donde parte una carretera de 27 km hasta el albergue de Paso de Tlamacas.

Su forma, historia y leyendas lo colocan mundialmente en un lugar muy especial. Su nombre quiere decir "cerro que humea", debido precisamente a su constante emisión de fumarolas.

Sobre su ladera norte presenta, como apéndice, un cráter desgajado llamado Ventorrillo. Algunos geólogos afirman que se trata de los restos de un volcán primitivo surgido hace 50 millones de años. Otros especialistas aseguran que es una boca lateral; y estudios más recientes indican que fue el primer Popocatépetl que emergió, aproximadamente, hace doce millones de años.

Desde su primera erupción registrada, en 1 347, ha presentado múltiples manifestaciones. Incluso tuvo una erupción artificial en 1919.

Desde 1921 no se había tenido noticia de alguna actividad importante. El 23 de julio de 1994 comenzó a lanzar fuertes fumarolas; y el 21 de diciembre de 1994 inició una serie de pequeñas erupciones, con temblores locales de poca consideración que alarmaron a las poblaciones cercanas a la ciudad de Puebla. Entonces se produjo una lluvia de polvo y ceniza. El fenómeno se repitió a finales de 1995 y principios de 1996.

El cráter es una enorme boca de 850 m de eje mayor por 750 de eje menor aproximadamente, con profundidad de 175 a 400 m en la parte más alta.


VOLCÁN DE SAN MARTÍN

Alcanza una altura de 1 700 m snm y su cráter tiene aproximadamente 500 m de diámetro. Se encuentra en el estado de Veracruz, entre las poblaciones de San Andrés y Santiago Tuxtla.

La cercanía del Golfo de México, ubicado a 4 km, ofrece una vista espléndida desde la cumbre.

El 4 de mayo de 1967, su cono presentó fumarolas, débiles y escasas. La erupción más antigua de la cual se tienen noticias fue en 1664, pero la que mayores daños hizo se produjo el 22 de mayo de 1793, a las 7:00 horas, cuando una lluvia de arena obscureció el sol, de manera que las poblaciones cercanas tuvieron que encender luz artificial al mediodía. Entonces arrojó columnas de fuego y lava. Posteriormente siguió su actividad hasta 1895. en 1922 se manifestó nuevamente.

La cumbre de El Arenal, a 10 m de distancia del cráter, es el lugar indicado para apreciar el paisaje, ya que la mayor parte de la zona se encuentra cubierta por la maleza.

TACANÁ

Desde su base hasta la cumbre mide 4 067 metros. Surgió en la actual frontera de México y Guatemala, hace 2 500 millones de años.

La mirada del visitante queda cautiva por el tamaño del Tacaná, que desde la población de Tapachula (a 182 m snm, permite observarlo en su total dimensión.

El edificio consta de tres calderas superpuestas, separadas por escalones que indican tres periodos de formación. El primero se encuentra a una altura de 3 448 m snm, el segundo de 3 655 y el tercero a 3 872 m snm. Este último formó barrancas durante sus erupciones más recientes. La cima del cono muestra agujeros en forma de embudos, y un pequeño círculo de lava considerado como un cráter antiguo.

En 1949 y 1986 tuvo erupciones de poca importancia. Su cráter mide 10 km aproximadamente, y hasta hace poco tiempo tenía corrientes de agua sulfurosa. En 1951 dio muestras de una nueva actividad.


Volcanes activos

Los volcanes activos son los que hacen erupción y descansan por periodos diferentes de tiempo, hasta el momento de otra erupción.

volcanes activos Kilauea

Existen aproximadamente más de 500 volcanes activos en el mundo, es decir aquellos que desde el momento de su primera erupción, no hay dejado esa actividad por los siguientes años, previo descanso.

volcanes activos Piton de la Fournaise

En muy pocas probabilidades algunos volcanes que estaban como inactivos, han cambiado ese estado.

volcanes activos Etna

A continuación una lista de los principales volcanes activos, junto a su lugar de ubicación:

El Kilauea (Hawai)
Piton de la Fournaise (La Reunión)
Etna (Italia)
Methana (Islas Griegas)
Milos (Islas Griegas)
Nisyros (Islas Griegas)
Santorini (Islas Cicladas)
Santa Ana (El Salvador)
San Marcelino (El Salvador)
San Salvador (El Salvador)
San Miguel (El Salvador)
Shilveluch (Rusia)
Karymsky (Rusia)
Bezymianny (Rusia)
Soputan (Indonesia)
Bulusan (Philippines)
Colima (México)
Popocatepetl (México)
Sakura-Jima (Japón)
Akan (Japón)
Tungurahua (Ecuador)
Galeras (Colombia)
Mayon (Filipinas)
Santa María (Guatemala)
Ubinas (Perú)
Barren Island (India)
Planchon.Peteroa (Chile)
Ol Doinyo Lengai (África)